martes, 19 de abril de 2011

Daft Punk: Electroma


A pesar de la carencia de guion y basarse en una imaginación sumamente icónica y semiótica, la cinta del grupo francés (estrenada en el 2006 en Cannes) No es sólo una manifestación de Dos robots que, después de haber exterminado la vida humana (o al parecer) llegan a la tierra para actuar como ellos. Se soluciona una simple visión del concepto abstracto y conceptual que existe de la ciencia ficción y de lo contemporáneo aunque, las manifestaciones del querer ser otra persona y tener que dirigirse a un grupo, que es de tú misma especie, y que no recibe los mismos tratos de los que se dan a otros suele ser un tanto discriminatorio, en el sentido de que al someterse a una construcción facial dentro de un laboratorio se llega a presenciar un cambio y ser otra persona diferente a la que los dos robots, identificados por dos chamarras que llevan el nombre del grupo electrónico Daft Punk, suele estar en el mundo, concordando con la aceptación del hombre en la actualidad; dejar la discriminación y ser alguien sin sentirse incomodo con los demás, eso se demuestra en la parte donde tratan de escapar de las personas que los siguen en el pueblo que se identifica como california, siendo que las placas del auto lo dice.
No se ve ninguna visión futurista (o en este caso yo no la vi) siendo que al tratarse de un tema que habla de robots y sentimientos basados en querer ser alguien más, eso los lleva a que uno quiera suicidarse y el otro quemarse completamente vivo (de los dos robots). Sin embargo, puede que llegue a tener ideas Asimovianas en cuanto la vida de los seres mecánicos y de la mostración del rostro de uno al minuto 57 de la película que dura aproximadamente una hora y nueve minutos.
No es una típica historia de maquinas en donde el hombre es sometido por ellas o que existan vehículos volando sobre las ciudades, sacando armas con tecnología superior al hombre o problemas de humanos contra androides (como cuentos y películas de los años ochenta donde visualizan el mundo en unos años más adelante). Aquí, Daft Punk hace la diferencia de todas esos pensamientos del hombre; no agrega esos elementos porque no quiere llegar a explicar otra alternativa del futuro ya que será igual de lo que estamos viviendo, tal vez se realicen experimentos y se descubra una cura para alguna enfermedad o que existan gadgets para el uso diario aunque, la falta de sensibilidad con uno mismo y las personas, además de redes sociales que no hacen más que alejarte de la compañía física de uno, logra dejar un pensamiento a lo que puede llegar a ser el futuro.
Ya lo expresaba Stanley kubrick en su película 2001: odisea del espacio en donde ninguno de sus personajes enfatiza algún sentimiento, y mucho menos lo muestra. Mientras tanto, en Blade Runner, Dirigida por Ridley Scott, hay una gran diferencia sobre el contenido (si se quiere diferenciar acerca de las dos películas) emblemático, utilizado para manejar la importancia de matar a las replicas, aunque el sentimentalismo se deja para la ocasión especial del protagonista Harrison Ford.
Dentro de la historia de la película Electroma, es muy sencillo; dos robots, en su primera toma, se encuentran en una zona rocosa de California en donde después se van a intervenir un rostro falsos sobre los cascos que son, propiamente dicho, sus caras. Se identifican por las chamarras que llevan el nombre de Daft Punk en la espalda. Sin embargo, al momento de salir a la calle, son sorprendidos por el sol que derrite sus mascaras de humanos, haciendo que los pobladores traten de atraparlos. Al presenciar esto, se quitan las mascaras y deciden irse a un lugar lejano en donde la fotografía juega un papel excepcional dentro de la cinta que al fin de cuentas, es una vista increíble de los lugares a donde van.
Después de caminar bastante, se encuentran en el desierto en donde uno de los robots le pide a otro que lo autodestruya. Con este final deja pensando a la otra máquina, quien se quita la vida provocándose un incendio en su cuerpo y morir sin haber sido aceptado.
Electroma es un film interesante y no sólo la historia o la fotografía, al igual que los escenarios y las caracterizaciones, se mezclan sino que también el dar a entender a los hombres, personificados como doctores de blanco, que llegan a ser, ideológicamente, un espectro de armonía y de sincronización con el mundo. La diferencia: la aceptación manifestada en los dos rostros creados por la masa que no dura mucho tiempo.

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